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Profesor: Daniel La Parra
E-mail: daniel.laparra@ua.es
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jueves, 10 de abril de 2014

Mercado de trabajo

Esta entrada pertenece al tema 4 (ver contenidos)  

Las migraciones económicas están intrínsecamente relacionadas con el funcionamiento del mercado de trabajo. De hecho, la conexión entre trabajo y migración ha centrado gran parte del análisis de las migraciones. Aprovechamos las próximas líneas para realizar una breve explicación de algunas de las aproximaciones al tema.

La cuestión de la duración de las migraciones será de nuevo uno de los elementos que condicione la perspectiva a adoptar en el tema. Se distingue entre inmigrantes temporales, de larga duración o definitivos. Sin embargo, la idea de temporalidad suele dominar el discurso público y académico sobre el tema. Sobre esta visión ironiza de algún modo Michael J. Piore en el título de su estudio sobre las migraciones y el mercado de trabajo: Birds of passage: Migrant Labor and Industrial Societies.

De este análisis se destaca la distinción entre el mercado de trabajo primario y secundario. La población inmigrante cubriría la demanda de trabajadores poco cualificados, cubiertos con bajas remuneraciones, mientras que una parte de la población autóctona se reserva los puestos cualificados (estables y mejor remunerados). Esta separación del mercado de trabajo sería muy funcional tanto en términos de mantenimiento de la lógica de acumulación capitalista, como para la reproducción de la estructura social.

La tesis de la funcionalidad de esta estructuración para la lógica capitalista se refuerza en la aportación de Stephen Castles y Godula Kosack (Immigrant workers and class structure in Western Europe) (puedes obtener aquí un resumen en formato abierto de los propios autores). Dicho de forma breve: la población inmigrante garantiza un ejército de reserva que permite presionar los salarios a la baja y, al mismo tiempo, minar las aspiraciones del movimiento obrero. Por otro lado, genera división en el interior de la clase trabajadora al formarse estratos diferenciados para trabajadores autóctonos y alógenos.

Dentro de esta lógica se explican fórmulas que se adaptan por completo a esta función como la figura de Gastarbeiter: un trabajador con permiso temporal de trabajo y sin permiso para migrar con la familia. Esta lógica, aunque no de forma explícita, domina la concepción migratoria en España, ya que el régimen de obtención de permisos está vinculado principalmente a la obtención de trabajo, mediante contrato firmado con anterioridad a la partida del país de origen, que concede un permiso temporal, renovable progresivamente. A partir de los cinco años, la renovación pasaría de hacerse anualmente, a realizarse cada cinco años, esto es, mediante permisos de trabajo permanentes.

De igual modo, la legislación española, al aplicar el principio de situación nacional de empleo, favorece la segregación ocupacional.

Para obtener una descripción del mercado de trabajo desde la óptica de la inmigración en España resulta interesante la colección publicada por el Observatorio Permanente de la Inmigración en España de la Secretaría General de Inmigración y Emigración. No obstante, el último informe publicado se refiere en el título al año 2011 (aunque los datos son de 2010), por lo que no refleja la evolución de los años recientes que se han caracterizado por un alto crecimiento del desempleo. En cualquier caso, su lectura confirma algunas de las percepciones realizadas por autores como Piore, Castles o Kosack en los años setenta del siglo pasado para otros contextos migratorios:

  • Ajuste de los flujos migratorios a la dinámica económica (descenso de los flujos por la crisis económica).
  • Una importante diferencia salarial entre población autóctona y alógena (el salario se sitúa entre el 51 y el 61 por ciento del que se encuentra como media en la población con nacionalidad española).
  • Alta segregación ocupacional (por género y nacionalidad), tanto horizontal (en pocos sectores), como vertical (en las ocupaciones de menor cualificación).
  • Mayor movilidad geográfica interna en la población extranjera.
  • Mayor impacto negativo del ciclo económico (por ejemplo, mayor impacto del desempleo)
Otro de los enfoques de estudio tradicional se ha centrado en la consideración de la población inmigrante dentro del sistema de clases sociales. En este punto, se distinguen dos posturas. Una primera que considera a la población inmigrante como parte integrante de la clase trabajadora, aunque con la posibilidad de distinguir una fracción dentro de la misma. Esta es la perspectiva a la que tienden autores de corte neomarxista como los apuntados previamente. Por otro lado, se encuentra la postura que defiende que se trata de un grupo o clase diferenciado con características específicas. Dentro de esta última propuesta, se destaca a John Rex (en Theories of race and ethnic relations, capítulo 3), quien indica que los niveles de explotación, opresión y discriminación que sufre la población extranjera superarían el marco de las relaciones laborales habituales en el mercado de trabajo autóctono, reduciendo de forma clara las condiciones laborales y la oportunidad de movilidad social, afectando además al conjunto de las relaciones sociales (no sólo las laborales).

El trabajo de la población inmigrante adquiere además toda una serie de formas particulares, algunas de ellas específicas de la población inmigrante y, en otros casos, compartidas con la población autóctona.


1) La economía informal.

Una parte de la población inmigrante se inserta en la economía informal. Cuantitativamente no resulta la mayor parte del mercado de trabajo, pero puede ser relevante. Durante la última fase de expansión económica la existencia de importantes nichos laborales sumergidos o informales fue unos de los principales factores de atracción de inmigración en situación administrativa irregular que se empleaba en sectores como la construcción, la agricultura, la hostelería o el servicio doméstico. Véase, por ejemplo, estos dos análisis para el caso de Tenerife: aquí y aquí. De los mismos autores, Dirk Godenau y Vicente Manuel Zapata (coors.), se puede consultar La Inmigración irregular. Aproximación multidisciplinar,  y la aportación desde la sociología de Ana María López Sala. De igual modo, se recomienda la lectura del siguiente artículo de Antonio Izquierdo que se centra en la cuestión del género entre la población sin documentación.

Sobre la situación de irregularidad en España cabe señalar dos hechos clave: a) el importante porcentaje de personas inmigrantes que empezó su proyecto migratorio en situación de irregularidad y b) la posibilidad de entrar en situación de irregularidad una vez se está establecido en el país al no poder renovar los permisos de residencia.

Un campo aparte de la economía informal sería el relacionado con la economía del delito, donde destaca la cuestión del tráfico de personas.


2) El enclave étnico

Este concepto, cuyo desarrollo principal se debe a Portes y Rumbaut (págs. 94-101), hace referencia a la creación de oportunidades económicas a partir de las redes sociales creadas por la propia población inmigrante. Está muy ligado por tanto a la teoría de las redes sociales de las migraciones: las que se establecen entre inmigrantes en la sociedad de destino, pero también con el país de origen (lo que conecta con los aportes que integran el concepto de transnacionalismo). Estas redes permiten mejorar la situación de trabajo. Los inmigrantes no serán únicamente trabajadores no cualificados, sino que una parte de ellos emprende negocios a partir de distintos tipos de actividad ligados a la importación-exportación, los servicios propios de la población inmigrante (locutorios, remesas, viajes, envíos, asesoría, venta de productos del país de origen, restauración, etc.) o el desarrollo de actividades no cubiertas por autóctonos. De igual modo, estos espacios ofrecen la posibilidad de emplear a trabajadores no cualificados de la propia comunidad, pero también ocupar puestos intermedios, cuando los negocios superan el nivel familiar.
Una imagen del funcionamiento de estos enclaves en España se puede obtener a partir de la lectura de periódicos como Costa Blanca News, en especial cuando se analiza su publicidad o la sección de anuncios clasificados. En el siguiente estudio de Clemente Penalva y Gerhard Brückner se puede observar el potencial de este tipo de fuentes de información para el estudio de las comunidades formadas a partir de la inmigración (en este caso el público del Costa Blanca Nachricthen).
 

3) Empleo bicultural e intermediarios.

Generalmente estos conceptos se han empleado para referirse a grupos de inmigrantes que han abierto comercios, aunque igualmente se podría aplicar a actividades de todo tipo (restaurantes, bares, hostelería, medicina alternativa, turismo, traducción-interpretación, mediadores, etc.), como muestra el análisis de De Marcos Sanz, Mihaila Mihaila y Ramos Feijoo sobre el empleo bicultural. Edna Bonacich empleó el término intermediarios (middlemen) para referirse principalmente a las situaciones en las que a través del comercio o mediante la actuación como gestor de un negocio de un propietario autóctono, la población inmigrante encontraba nichos de trabajo específicos. Ivan Light empleaba el término ethnic businness para describir la realidad laboral que se va configurando a partir de estrategias de autoempleo en la población inmigrante, que surgen como escapatoria a un mercado de trabajo discriminatorio.




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