Nota

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Profesor: Daniel La Parra
E-mail: daniel.laparra@ua.es
Recibiré encantado sugerencias y críticas para mejorar y enriquecer los contenidos de este recurso docente.

jueves, 20 de marzo de 2014

Migraciones romaníes

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Al autor de Poeta en Nueva York le llamó la atención las numerosas coincidencias entre la situación de la población negra en Nueva York y la del pueblo gitano en España, sin embargo, aunque la primera ha dado lugar en los Estados Unidos (y en otros países, principalmente en el ámbito anglosajón) a una rica línea de trabajo e investigación en las ciencias sociales, en Europa la cuestión gitana ha sido prácticamente invisible para la mayor parte de las ciencias sociales, tanto en la formación, como en la investigación, con algunas excepciones, especialmente en el caso de la Antropología.

El tema es relevante desde la óptica de la Sociología de las Migraciones por un doble motivo, por un lado, porque sirve para entender cómo funcionan las "relaciones raciales y étnicas" (esta es la expresión que se usa en Estados Unidos para referirse a este tema) en el marco europeo y, por otro lado, porque la realidad migratoria de los gitanos en Europa está en el propio centro del debate migratorio y del proyecto de construcción de la Unión Europea.

En los últimos años se han sucedido las noticias sobre las migraciones romaníes en Europa: las expusiones organizadas bajo el gobierno de Sarkozy primero, y de Hollande después en Francia (que tuvo su punto mediático más álgido con el caso de Leonarda); las políticas anti-gitanas de Berlusconi en Italia; la finalización el 1 de enero de 2014 del período de restricción del derecho al libre movimiento a los ciudadanos de Rumanía y Bulgaría que habían impuesto varios países europeos; el debate abierto en el Reino Unido por la intenciones de Cameron de seguir restringiendo la libertad de movimiento con Rumanía y Bulgaria, etc.

Sin embargo, existe poca información sobre la situación de los migrantes romaníes en Europa. Uno de los informes más rigurosos y recientes es el elaborado por el PNUD:

An option of last resort? Migration of Roma and non-Roma from CEE countries

El trabajo muestra las motivaciones y pautas migratorias de gitanos y no gitanos provenientes de algunos de los principales países de Europa central y del este.

También se puede destacar este informe previo (de 2008) elaborado por la OSCE, con una perspectiva menos empírica y más centrada en la identificación de los problemas relacionados con la garantía de los derechos humanos:

Recent migration of Roma in Europe

Recientemente fue famoso (en el Reino Unido) el informe elaborado para la Comisión Europea por la consultora ICF-CHK (2013) en la que se desmontaba el mito político/mediático sobre el "benefit tourism" o "welfare tourism", es decir, sobre la migraciones con el objetivo de conseguir beneficios sociales o lo que en España se llamó en su día el "efecto llamada". 

Volviendo al argumento clásico de Gunnar Myrdal que comentábamos en esta otra entrada del blog, el tema de la "integración" de la población gitana puede analizarse desde las políticas públicas. En este sentido resulta muy revelador el siguiente informe sobre los Rroms migrantes en Ile-de-France, por Sandrine Halfen, en el que cada proceso de realojo (el término no es muy adecuado, quizá habría que decir cada vez que se arrasa un asentamiento por parte de las fuerzas públicas) trunca los avances educativos, de acceso a los recursos sanitarios, de consolidación de la situación administrativa, etc. De igual modo, con respecto al caso de Dale Farm en el Reino Unido, en este informe se argumenta que el traslado forzoso tras haber arrasado un asentamiento muy consolidado ha supuesto un importante impacto en la salud de las personas expulsadas de su lugar de residencia.


Relaciones raciales y étnicas

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El fracaso de la hipótesis de la asimilación para grandes grupos de la población en los Estados Unidos, en especial, la población de origen africano, aunque también asiático, americano (pueblos originarios en el Norte y en el Sur), etc, enseguida plantea la idea de que existen formas de relación social que dificultan los procesos de asimilación. Lo mismo ha ocurrido en otros grandes sistemas migratorios.

Esta constatación abre el marco de análisis de todo un campo de estudio sobre las llamadas relaciones raciales y étnicas. Pese a que el concepto de raza ha sido varias veces descartado como concepto biológicamente válido, véase por ejemplo, este texto de la UNESCO de 1967, lo cierto es que se trata de un concepto sociológicamente relevante en la medida que forma parte de las creencias de algunos grupos de individuos. Dicho concepto es un componente esencial del pensamiento racista y la conducta discriminatoria. Como también lo son algunos otros conceptos cercanos, que sirven igualmente para realizar agrupaciones de seres humanos en función de rasgos físicos o culturales. En este sentido cabe apuntar que pese a que etnia es un término que se refiere a la existencia de elementos culturales compartidos (por ejemplo, los que comparten una religión, una lengua o una mezcla de varios elementos culturales), también es usado eufemísticamente para evitar el término raza.

Mientras que los prejuicios y estereotipos se sitúan en el terreno subjetivo, esto es, en las formas de pensar y se organizan en esquemas que podemos denominar racistas (cuando las categorías se organizan jerárquicamente); hablamos de discriminación cuando el pensamiento racista es trasladado a la acción de forma que se perjudican los intereses de un grupo (generalmente el exogrupo) en beneficio del grupo propio (endogrupo).

La discriminación puede ser más informal, cuando la protagonizan algunos individuos o grupos aislados, por su propia iniciativa, o más formal, cuando forma parte de la lógica de acción del Estado o de otras instituciones.

El libro Cabeza de Turco de Gunter Wallraff ilustra bien cómo la discriminación puede encontrarse principalmente en la empresa, pero también en instituciones tan diversas como los centros de investigación, comercios, diversos cultos religiosos o los partidos políticos.



Cuando la discriminación contra un grupo (étnico o racial) deja de ser meramente subjetiva y forma para de la lógica de actuación de las instituciones se suele hablar de racismo institucional.

A continuación se propone el siguiente ejercicio de análisis: ¿qué formas de racismo institucional están vigentes en España?.

Empezaremos indicando algunos ejemplos:

1) El uso de perfiles étnicos por parte de las fuerzas del orden.
2) La exclusión sanitaria directa e indirecta (esta noticia de El Diario da un resumen rápido)
3) La invisibilidad en el curriculum (y el curriculum oculto)
4) El discurso racista de los medios (que se dirigen sólo a la población mayoritaria)
5) El marco de referencia religioso (por ejemplo, en las fiestas que se celebran, pero también en ceremonias, sistema escolar, etc.)
6) Barreras administrativas (homologación de títulos, empadronamiento, etc.)
7) Agresiones en la frontera
8) Mala calidad y orientación de los servicios específicos, como los CIEs, Centros de Internamiento de Extranjeros.
9) Discriminación en el trabajo (véase este informe sobre España para la OIT, Organización Internacional del Trabajo)
10) Desprotección legal (por ejemplo, en asuntos graves como la trata de personas)
11) Discriminación fiscal

Pascal muestra algunas de las cicatrices que le dejó la concertina de púas. Foto: Jesús Blasco de Avellaneda.
Enlace a la noticia de El Diario haciendo click sobre la foto.
Explicaba Gunnar Myrdal, sociólogo sueco al que se le solicitó realizar un informe sobre la población negra en los Estados Unidos, que recibió el título An American Dilemma (1944), que para entender la posición social de la población negra había que mirar a la población blanca:

"White prejudice and discrimination keep the Negro low in standards of living, health, education, manners and morals. This, in its turn, gives support to white prejudice". 

martes, 11 de marzo de 2014

Nuevos ciudadanos, aves de paso y minorías

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El proceso migratorio estudiado por los clásicos de la Escuela de Chicago entendía que las trayectorias migratorias finalizaban en la asimilación cultural, definida esta como la incorporación a la cultura americana de los distintos grupos migratorios (es clave el término incorporación, ya que se entiende como un proceso sumatorio). Los migrantes acaban siendo parte de la ciudadanía de los Estados Unidos. A esto lo podemos llamar el mito del "melting pot".

Esta es la concepción que aparece en la obra de Park y Burguess, aunque los mismos autores apuntan que existen límites a este proceso, por ejemplo, por lo que respecta a las minorías raciales (es el término que emplean).

"Assimilation is a process of interpenetration and fusion in which persons and groups acquire the memories, sentiments, and attitudes of other persons or groups, and, by sharing their experience and history, are incorporated with them in a common cultural life. In so far as assimilation denotes this sharing of tradition, this intimate participation in common experiences, assimilation is central in the historical and cultural processes" Park y Burguess (pag. 736-737)

Una de las mejores manifestaciones de esta idea se puede encontrar en la propuesta de Milton Gordon sobre los siete elementos del proceso de asimilación, en Assimilation in American Life, pág. 60 y ss. (gráfico en página 71):

http://www.cairn.info/revue-francaise-de-sociologie-2008-5-page-3.htm
Este proceso no era planteado por Milton como inevitable, aunque frecuentemente se ha hecho esta lectura, sino más bien como una descripción de los pasos necesarios para poder hablar de un proceso de asimilación completo (de hecho lo describe a partir de grupos de población imaginados como los "Sylvanians" y los "Mundovians", es decir, se podría indicar que se trata de una explicación de "tipo ideal" como él mismo señala). Le preocupaba que además de la asimilación en el plano cultural, se produjera asimilación en el plano de las relaciones sociales (lo que llama estructural, cívico, etc.), incluso biológico ("amalgamation"). Tampoco se ha de interpretar que las etapas se suceden unas a otras en el orden en el que aparecen en el listado.

Ya desde el principio, autores como Wirth en The Ghetto explican que en Chicago no todos los grupos migratorios tienden a una completa asimilación (entendida como americanización) y observan diferencias, por ejemplo, entre los judios de origen alemán y los provenientes del Este de Europa en su nivel de asimilación (que se manifiesta, por ejemplo, en el uso del espacio urbano).

Se puede por tanto trazar dos grandes líneas para los procesos migratorios: la asimilación completa (bien en el sentido europeo, que dirían Park y Burguess, que implica la completa pérdida de la cultura de origen, bien en el sentido americano que significa la aportación a la cultura de destino) y la segregación social caracterizada por procesos de discriminación, racismo o subordinación. Este último proceso, nos llevaría a hablar de un proceso de constitución de minorías étnicas por el cual los grupos migratorios pasarían, con el paso del tiempo, a ser grupos minoritarios en la sociedad de acogida, como ha ocurrido con la población afroamericana en Estados Unidos o con la población romaní en Europa. Park explicaba que la asimilación se lograba precisamente cuando el individuo no se enfretaba a actitudes prejuiciosas o conductas discriminatorias (al igual que Gordon).

Por supuesto habría opciones intermedias. Una forma de verlo pasa por entender a las personas migrantes como "aves de paso" (Birds of passage, como titula su obra Michael J. Piore). En este caso la asimilación o la segregación no serían los destinos de la población inmigrante ya que de estos se espera que realicen una migración de retorno, una remigración, mantengan procesos migratorios circulares (o pendulares), en definitiva, que su proceso migratorio esté marcado por la temporalidad. El concepto de transnacionalismo también es aprovechado en este sentido para eliminar la cuestión de la integración del debate migratorio.

Dentro de las opciones intermedias se puede emplear igualmente el concepto de asimilación segmentada, tal y como proponen Portes y Zhou en su artículo "The new second generation: segmented assimilation and its variants". Este hace referencia a que miembros con un mismo origen (en el ejemplo habla de los haitianos) pueden adoptar estrategias de asimilación diferenciadas: las que siguiendo la clasificación de Berry podría llamarse segregadas, las integradas de la población de clase media o las de la población afroamericana. El dominio de unas trayectorías u otras es explicado por los autores en función de los modos de incorporación ("modes of incorporation") que incluye las políticas del gobierno receptor, los valores y prejuicios de la sociedad receptora y la características del grupo étnico. Estos pueden variar entre distintas nacionalidades de origen (ver gráfico), pero también por otros motivos en el interior de cada grupo (ya sean variaciones grupales como la diversidad interna del grupo o las variaciones individuales). En el artículo citado, además del caso de los haitianos, se ilustra esta variedad de trayectorias de asimilación a partir del caso de los mexicanos, los sikhs (Punjab) y caribeños (Cuba, Nicaragua, Jamaica, Trinidad y Haití).

Modos de incorporación (figura original en pag. 84 de Portes y Zhou).
Explican los autores que la combinación de valores y prejuicios de la sociedad receptora con respecto al color de la piel, la localización y la ausencia de mecanismos de movilidad social ascendente explican la falta de procesos de asimilación con los valores culturales y pautas sociales de los grupos dominantes en las migraciones actuales en los Estados Unidos. De igual modo, también son relevantes las políticas del gobierno, por ejemplo, en materia de protección de determinados grupos de refugiados, organizando los flujos migratorios con países específicos o prohibiéndolos con otros países. Finalmente conceden gran importancia al modo en el que se organizan las relaciones sociales entre la propia población inmigrante.
La preocupación por la situación de la segunda generación de Portes ha traspasado el Atlántico, en el trabajo realizado por Alejandro Portes, Rosa Aparicio, William Haller y Erik Vickstrom sobre la segunda generación en Madrid. Del texto se extrae que las ambiciones escolares y ocupacionales de este grupo son menores, aunque la distancia no sea mucha, que las de la población nativa. Sin embargo, en la prolongación de dicha investigación (con datos adicionales recogidos en 2011-2012, los anteriores eran de 2007-2008, en las ciudades de Madrid y Barcelona) los resultados son más optimistas como indica este resumen elaborado por Portes y Aparicio. Copiamos literalmente su conclusión:

"Conclusión: Los resultados de nuestro estudio no apoyan conclusiones negativas o alarmantes sobre la integración de la segunda generación. La gran mayoría de los hijos nacidos en España o traídos al país a edad temprana se quedan en España y continúan sus estudios. Pese a la crisis económica y la modestia de sus hogares, avanzan en sus expectativas de educación futuras y en su identificación con el país. Sólo una pequeña minoría da síntomas de movilidad descendente como maternidad o paternidad prematuras o encuentros con la policía. Más preocupante es el abandono escolar y el desempleo que afectan aproximadamente a un 15% de los encuestados. Sin embargo, las cifras son similares entre los autóctonos, datos que nos hace concluir que los hijos de inmigrantes se han integrado a la juventud española y que sus diferencias con los hijos de nativos van disminuyendo con el tiempo." Fuente: Portes y Aparicio (2013).


Esto nos lleva a preguntarnos sobre cuáles serían los procesos de asimilación en España. Resultados como los aportados por Portes et al. hablan de que podríamos encontrarnos con casos de asimilación en el sentido más tradicional de la palabra (con similares logros sociales -educativos y laborales- que la población autóctona y adopción de los elementos simbólicos de la población del país de destino -lengua, identificación, nacionalidad, etc.-). Sin embargo, hablar de "segunda generación" podría ser un indicador de lo contrario: de que se está avanzando en el proceso de formación de minorías étnicas. Cuando el término "segunda generación" pasa de ser un término empleado por la Sociología con fines descriptivos (puede que poco afortunado) a ser un término del lenguaje común, cabe otra consideración adicional sobre cómo están funcionando los procesos de asimilación. El término "segunda generación" empleado de forma literal implicaría que la condición de migrante es hereditaria. Esta barbaridad semántica significa por tanto algo distinto: para explicar las condiciones de vida y pautas culturales de los hijos de los inmigrantes su grupo étnico de pertenencia es relevante. De igual modo, si seguimos denominando inmigranes a sus madres y padres, después de períodos prolongados de residencia en el país de destino, hablando correcto español o alguna de las otras lenguas oficiales, habiendo formando familias en España e incluso habiendo adquirido la nacionalidad española, podemos encontrarnos en los inicios de un proceso de etnificación de la sociedad. Es decir, si la condición de migrante no se extingue, implica que el tiempo de estancia en el país no garantiza un progresivo proceso de asimilación. Si la condición de migrante tuviera caducidad, se observaría en nuestro vocabulario, por ejemplo, cambiando expresiones como "inmigrantes" por términos y expresiones como "españoles de origen x", "nacidos en x", palabras compuestas (¿"latino-españoles"?, ¿"afro-españoles"?, ¿"asiático-españoles?")... o, más claramente todavía, si no existiera forma de denominarlos y fueran considerados ciudadanos de pleno derecho. Por supuesto, se están citando aquí algunas de las designaciones que son comunes en otros espacios migratorios, muchas de ellas difícilmente aplicables en España. Por otro lado, el uso de estos términos no siempre es indicador de un mayor éxito del proceso de asimilación, sino que puede ser reflejo únicamente de ciertas dosis de hipocresia del habla "políticamente correcta" (esto es, el uso de expresiones corteses, diplomáticas o que evitan ofender).

Se ha de entender que el término asimilación es usado por los autores clásicos en un sentido descriptivo, desprovisto de carga valorativa, sin embargo, cuando se añade la carga valorativa y se señala que la asimilación es el objetivo deseable en los procesos migratorios se está asumiendo varios elementos que es necesario indicar desde una lectura crítica:
  • Se trata de una valoración etnocéntrica en la que la cultura de destino es considerada una cultura más valiosa que la de origen.
  • Se sitúa a la persona inmigrante en situación de déficit (debe aprender el idioma, la cultura, los valores, sin otorgar valor a su conocimiento).
  • Se trata de un ejercicio de violencia simbólica (por ejemplo, en la medida que ciertas formas de habla, acentos, etc... son más valorados que otros), habitualmente asentado en formas de violencia estructural y directa (la historia del colonialismo, la esclavitud, la segregación, exclusión y persecución de las minorías, etc.).

lunes, 10 de marzo de 2014

Tipologías de aculturación

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El proceso de aculturación, en su acepción más neutra, se aplica para describir el cambio en la cultura de referencia de la persona migrante. Fue un concepto clave desde los inicios de la Sociología en Chicago y de la Sociología de las Migraciones. Aparece ya en obras como El campesino polaco de Thomas y Znaniecki. 
Una de las formulaciones más exitosas de este concepto fue elaborada desde el campo de la psicología social por John W. Berry. Se puede consultar su propuesta en este artículo de Berry en Applied Psychology: An International Review.
En dicho artículo se desarrollan cuatro conceptos clave que se resumen en este grafo: 






Este modelo fue aplicado para estudiar las estrategias y aptitudes de aculturación en España, por Marisol Navas Luque et al. en Almería. El informe presentado por este equipo de investigación muestra la existencia de una multiplicidad de estrategias en la población inmigrante e, incluso, y esto es lo más relevante, la convivencia de varios tipos de estrategia en una misma persona según el ámbito social en el que se mueve. Para describir este situación se emplea el modelo ampliado de aculturación relativa (MAAR). En él se distinguen hasta siete ámbitos, reproducimos su texto explicándolos:

"El primer ámbito lo constituye el sistema político y de gobierno, que organiza las
relaciones de poder y que establece, al menos formalmente, el orden social. El segundo
—el tecnológico— se refiere al conjunto de procedimientos del trabajo (p.e., tipo de
trabajo realizado, herramientas y maquinaria que se emplean, horario de trabajo, etc.).
El tercer ámbito —económico— afectaría al reparto de los bienes producidos, a las
transacciones económicas y a los hábitos y formas de consumo (p.e., cosas que se
compran, dinero que se gasta y ahorra, formas de administrar lo que se tiene, etc.). El
cuarto ámbito es el social, constituido por las relaciones y redes sociales mantenidas
por la persona fuera del ámbito de la familia —fundamentalmente las amistades—. El
quinto ámbito —el familiar—, hace referencia a las formas de reproducción biológica
y cultural, transmisión de pautas de conducta y valores (p.e., relaciones conyugales,
relaciones con los hijos–as, educación de los hijos–as, etc.). El sexto ámbito —el ideológico
se refiere a la representación que las personas tienen del mundo, que toma
una forma ideológica, filosófica y/o religiosa. En el presente modelo se ha subdividido
en dos: creencias y costumbres religiosas, y formas de pensar (principios y valores)"
Fuente

Otro aspecto muy interesante de su planteamiento es que no restringe el análisis de las estrategias y aptitudes de aculturación a la población migrante, sino que también analiza las propias de la población autóctona, entendiendo que se trata de un proceso de interacción.